Actualmente estamos tan acostumbrados a transaccionar con criptomonedas, que podríamos atrevernos a afirmar que forman parte de la vida cotidiana moderna. No obstante, no podemos olvidar que las criptomonedas aún se encuentran en las primeras etapas de su evolución. Su nacimiento no ocurrió hace más de dos décadas y desde entonces no ha parado de crecer, hasta el punto de superar su valor al oro o formar parte de un ecosistema cada vez más complejo y próspero. Pero, ¿cuáles fueron sus comienzos? Es algo que casi todos los aficionados a las inversiones se han preguntado, aunque no todos poseen las mismas respuestas.
A lo largo de este artículo vamos a responder esta pregunta y muchos otros interrogantes para comprender el contexto de su surgimiento. Comprender más sobre su historia nos permite proyectar posibles comportamientos en los próximos años.
¿Cuándo apareció la primera criptomoneda?
Como puedes imaginarte, el Bitcoin fue la primera criptomoneda cuya aparición sucedió en 2008 y así dio comienzo a una nueva etapa en la economía digital. Sin embargo, sus raíces datan de mucho tiempo atrás. A diferencia de lo que la mayoría piensa, el desarrollo de las criptomonedas tuvo un camino largo hasta concluir en este bloque “génesis” de 50 BTC en la primera década del siglo XXI. Específicamente, podemos remontarnos a la década de los 80, momento en el cual el criptógrafo estadounidense David Chaum desarrolló un sistema denominado eCash. El mismo era un sistema criptográfico anónimo que funcionó para micropagos en un banco de Estados Unidos desde 1995 a 1998.
Los usuarios podían gastar eCash en cualquier negocio que los aceptara, sin tener que abrir una cuenta con el proveedor o transmitir tarjetas de crédito. Su seguridad tenía diferencias respecto a la criptomonedas actuales, puesto que el término de Blockchain aún no se había desarrollado. No obstante, se encontraba basada en firmas digitales de clave pública y sus datos eran confidenciales.
Un tiempo después, en 1998, el ingeniero informático Wei Dai publicó un proyecto donde mencionó el concepto de “b-money”, un sistema de efectivo electrónico con las mismas características. Muchas de las descripciones que mencionó en este proyecto guardan muchas similitudes con las criptomonedas actuales, en donde definió este tipo de activos como “un esquema para un grupo de seudónimos digitales imposibles de rastrear, para pagarse entre sí con dinero y hacer cumplir los contratos entre ellos sin ayuda externa”.
En este sistema también estaba prevista la necesidad de verificación comunitaria en un libro contable colectivo, con un trabajo computacional necesario que facilita este proceso y la recompensa por realizarlo. Como podemos ver, Dai se adelantó a su época y mencionó características importantes de lo que hoy conocemos como Blockchain.
Después de esta aparición, pareciera que los precursores fueron abandonados y no aparecieron nuevos proyectos hasta después de diez años. En 2008 estalló una gran crisis financiera mundial y se comenzaron a crear las condiciones necesarias para la planificación de su desarrollo. Los posteriores períodos de incertidumbre impulsaron una profunda recesión de carácter mundial. Esta caída se replicó en todos los mercados de valores alrededor del mundo, y no resulta extraño el hecho de que en ésta época también haya aparecido la primera criptomoneda propiamente dicha: el bitcoin.
Esta tormenta económica resultó ser perfecta para el surgimiento de esta alternativa al replanteamiento de este proyecto. Satoshi Nakamoto, un seudónimo anónimo cuya identidad nunca se conoció, publicó un documento técnico donde se presentó este activo, con la ambiciosa idea de proporcionar un medio de pago que permita transacciones de bajo coste y que no sean intervenidas por ninguna institución pública. Este mercado estaba pensado para ser realizado P2P (person to person), brindando todas las libertades necesarias a sus participantes.
El 3 de enero de 2009 salió el primer Bitcoin como parte del primer bloque de 50 BTC conocido como “génesis”, pero aún quedaba un camino por atravesar. Este sistema de pago descentralizado, a diferencia de las monedas tradicionales en circulación legal, se encontraba totalmente por fuera de estos sistemas, basados en algoritmos específicos de los nodos de la red. No importaba dónde se encuentre el interesado, siempre podía extraer, comprar o vender Bitcoins.
Como dato de color, la primera compra con Bitcoin la realizó el minero Laszlo Hanyecz, quien pagó dos pizzas con 10 mil BTC, lo que equivalía en aquel momento a unos 40 dólares. Si hacemos el cálculo con las tasas actuales, ese importe ahora equivaldría a casi 100 mil dólares. Luego, la mayoría de las transacciones tuvieron lugar entre individuos del foro Bitcointalk.
Después de su lanzamiento, debió constituirse como un activo validado por los usuarios, y poco a poco logró asentarse en el mercado. En poco tiempo, también comenzaron a aparecer otras criptomonedas, muchas de las cuales no tuvieron éxito. Antes de desaparecer, Nakamoto entregó las riendas del proyecto y el repositorio original a Gavin Andrensen, quien luego se convirtió en el líder de la fundación Bitcoin.
El surgimiento de otras criptomonedas
Como se mencionó anteriormente, el éxito del Bitcoin incentivó al surgimiento de otras criptomonedas que fueron intentando hacerse un lugar en este creciente mercado. En los siguientes apartados vamos a ver cómo surgieron algunas de las más representativas.
- Litecoin
Este activo fue uno de los primeros en aparecer luego del Bitcoin, más precisamente en 2011. En aspectos técnicos, es idéntica esta criptomoneda, basándose en protocolos criptográficos no administrados por entidades o autoridades centrales. Su ventaja frente a BTC era que permitía transferencias e inversiones por bajos valores. En aquel entonces, un Litecoin tenía un valor de USD 3,86, o 0,03 BTC. En los años posteriores, su capitalización fue importante y poco a poco incrementó su valor hasta llegar a los USD 215 en 2021. Hasta nuestros días, Litecoin es elegido por su tiempo de procesamiento menor al Bitcoin (2,5 minutos vs 10 minutos), lo cual permite un tiempo de espera más corto para la confirmación de transacciones.
- Namecoin
Considerado una de las primeras alternativas en ponerse en funcionamiento en 2011, con tiempos muy similares al Litecoin. Esta criptomoneda permite almacenar datos dentro de su propia cadena de bloques. Con el pasar de los años, logró crear una comunidad muy activa que logró asentarse en el mercado. Por su funcionamiento podría considerarse prácticamente como un clon del Bitcoin, que logró hacerse un lugar y continuar hasta nuestros días.
- Ripple
Apareció en 2012 y se conoció como la “criptomoneda de los bancos”. Su principal diferencia era que no requería de minería para ejecutar sus procesos. Su control está basado por una sola empresa, la cual lleva su mismo nombre y se encuentra en San Francisco. El auge de esta criptomoneda fue muy positivo para los reportes de dicha compañía y sus directivos obtuvieron grandes réditos económicos. Su objetivo también se diferenció un poco del Bitcoin: facilitar las transacciones financieras globales entre empresas o entidades. Entre algunas de las más importantes que aún la integran, podemos encontrar a Santander, Bank of America y UBS.
- Dash
Su surgimiento data algunos años más tarde, más precisamente en enero de 2014. Esta criptomoneda, en apariencia muy similar a todas las anteriores, se diferencian por ofrecer más fuerza de anonimato. Sus transacciones no podían ser rastreadas y esto facilitó muchas operaciones en el mercado negro. No obstante, esta cualidad también era muy positiva para muchos negocios y personas que buscaban un sistema con mayor privacidad en sus operaciones, además de su rapidez. Particularmente tuvo mucho éxito en latinoamérica, donde es posible encontrar sitios que aceptan DASH para los pagos. Sus representantes más importantes en esta región se encuentran en Venezuela, Colombia y Argentina.
- Ethereum
No podemos cerrar esta lista sin antes mencionar al Ethereum, considerada como una de las más importantes del mundo cripto actual. Fue creada por el programador Vitalik Buterin en 2015, con la perspectiva de brindar un instrumento para aplicaciones descentralizadas y colaborativas. Su funcionamiento se basa en token que pueden ser usados en distintas transacciones. En 2016, un ETH cotizaba cerca de un dólar, y de forma sorprendente, en 2018, tocó su nivel más alto en USD 1391. En los años posteriores, cotizó lejos de su récord histórico para quedar debajo de los USD 390. Su valor es bastante volátil, y sus fluctuaciones son frecuentes.
Si bien la lista de las criptomonedas es amplia, nos limitamos a mencionar algunas de las más representativas en los primeros años de esta etapa. La cantidad actual de divisas es, ni más ni menos, que 10.000. No obstante, casi el 90% del mercado está centrado en diez de ellas: USDT, BTC, ETH, BCH, BNB, LINK, BUSD, USDC, LUNA y ATOM.
La relación entre las criptomonedas y los gobiernos
Las criptomonedas se están convirtiendo en una realidad con certeza formará a futuro, una parte de la vida cotidiana de la población. Algunos países están depositando sus estrategias sobre este tipo de divisas, muchas de ellas pueden ser muy interesantes y creen que marcará el rumbo del intercambio de valores, mientras que otras la consideran simplemente una amenaza para su economía.
Los inicios de las criptomonedas estuvieron directamente relacionadas con decisiones de los gobiernos y sus consecuentes crisis económicas, tal como explicamos a profundidad anteriormente. Esto puede darnos a entender que su evolución está muy relacionada a los mismos, aunque en apariencia no parezca así.
Uno de los principales golpes al Bitcoin estuvo relacionado a la relación de esta divisa con el gobierno de China. En 2013, se prohibió en su territorio el pago con esta moneda virtual y esto ocasionó un desplome de su valor por aquella época. Según afirmaron, su uso sin regulación alguna era “muy arriesgada” para la economía del país, y habían aprobado leyes para prohibir su comercialización por fuera de las divisas confirmadas. Hasta nuestros días, el gobierno chino ha comentado su interés por aprovechar estas tecnologías para implementar su propia moneda y así, evitar la fuga de activos hacia otras como el bitcoin.
El Salvador fue uno de los países con mayor apertura a las criptomonedas e incluso llegaron a denominarlas como una moneda de curso legal. En 2021, las autoridades del país habían anunciado que impulsarían la inclusión económica, en un país donde el 70% de los residentes no tenía cuenta bancaria, y posiblemente impulsará la economía. No obstante, se encontró con algunos problemas en su implementación debido a la escasa educación financiera y la curva de aprendizaje de su población respecto a esta alternativa económica.
No obstante, hasta nuestros días, todavía no existió ningún país con una verdadera inserción de este tipo de monedas en su mercado. Los directivos de algunas plataformas como Binance aseguran que esto no tardaría en suceder y podría tener muchas ventajas si se encuentra bien planificada su introducción en el mercado formal.
Más allá de los pronósticos de los mismos Estados, el crecimiento de las criptomonedas es un hecho que no podemos ignorar. Aún continúa siendo una incógnita cómo se podrán adaptar las instituciones a un mercado descentralizado como el que proponen las tecnologías Blockchain y su relación con las entidades bancarias. Las empresas, por otra parte, se muestran con mucha apertura y cada vez es más frecuente encontrarlos involucrados en proyectos que incluyen criptodivisas.
Colored Coin y los NFTs
Algunos años después de la creación del Bitcoin, apareció un concepto conocido como “Colored Coin”. Este proyecto nacido en 2012 podría considerarse como uno de los antecesores más importantes de los actuales NFT, ya que funcionaba bajo un modelo representativo de valores. Básicamente, su función era de representar la propiedad de un valor en Bitcoin para simplificar las transacciones con un sustento confiable, y podían servir para realizar pagos en dólares, euros o con títulos de propiedad físicas. Su éxito fue efímero, pero su importancia radicó en detectar esta necesidad cada vez más creciente de representar algo de forma segura y transparente, más allá de la moneda.
Dos años más tarde, se comercializó la primera pieza de arte mediante NFT, una obra conocida como “Quantum” cuyo creador fue Kevin McCoy. El valor de esta pieza fue de 1,5 millones de dólares, y supuso el primer paso de una carrera por introducir al arte en este mundo. En esta etapa, los NFT estuvieron muy relacionados con la criptomoneda Ethereum y hasta nuestros días continúa siendo una de las máximas representantes de este tipo de token. La razón principal es que ETH continúa manteniéndose como la moneda más usada por su poder de descentralización y es una característica que no todos los activos en Blockchain pueden ofrecer al mismo nivel.
Si bien tratamos a los NFT ampliamente en otros artículos, cabe destacar que la historia de las criptomonedas no se limitó únicamente a la circulación de divisas. Con el tiempo, el desarrollo de las divisas generó una gran caontidad de oportunidades para otros ámbitos que hasta el momento no tenían un lugar en el mercado. Algunos especialistas afirman que los NFT podrían marcar un punto de inflexión en el concepto de Blockchain, y llevarlo más allá de meras transacciones especulativas. También podrían aplicarse a todo tipo de productos y bienes digitales que podrán adquirirse en entornos como los Metaversos.
Es probable que a futuro, esto continúe desarrollando nuevas innovaciones que vayan cubriendo necesidades y permitan el crecimiento del mundo cripto a límites insospechados.
Conclusiones
Las criptomonedas parecen una invención muy reciente, pero su aparición tuvo un camino largo por recorrer. Todos los ingredientes estuvieron reunidos en la primera década del siglo XXI, bajo una crisis económica turbulenta y el desarrollo de la tecnología permitió el nacimiento del Bitcoin. Como podemos analizar, las criptomonedas nacieron para ser diferentes a todo lo que conocíamos, y para permitir mayor libertad de transacción en un contexto cada vez más inseguro económicamente. La necesidad de un mercado más transparente, descentralizado y participativo fue lo que dio inicio al mundo de las criptomonedas y todas las innovaciones que aparecieron años después. Si bien actualmente podemos pensar vanidosamente que estamos en una etapa bastante avanzada en este tipo de mercados, aún estamos observando una fase temprana de su evolución.
Es probable que a futuro, con la inserción de nuevas tecnologías y entornos virtuales, la generación de contenidos comience a realizarse mayoritariamente bajo esta modalidad. Es por esta razón que no podemos descartar que las transacciones cotidianas deberán introducirse en este mundo y poder hacerlo de la forma más segura y transparente para sus creadores o compradores.
Comprender cómo aparecieron y cómo fue su comportamiento a lo largo de los años nos permite realizar conclusiones sobre lo que podrá venir. Por esta razón, invitamos a nuestros lectores a continuar investigando. La herramienta más poderosa para invertir y entender a los mercados, es saber porqué actúan y cómo han llegado a su punto actual para saber su proyección a largo plazo.
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