La economía es un factor que está relacionado con todos los sectores productivos del ser humano. En el caso de la tecnología y la virtualidad, tampoco es una excepción y ha tenido un crecimiento exponencial en la última década. Con cada vez más frecuencia, observamos cómo el dinero comienza a gestionarse en billeteras virtuales y las transacciones se realizan de forma remota con otras personas alrededor del mundo. El metaverso está comenzando a cobrar importancia en nuestra vida cotidiana, y sin dudas, la economía también se verá involucrada en esta revolución.
En los próximos apartados vamos a analizar a detalle cómo podría ser la economía del metaverso y cuáles son las proyecciones para los inversores.
La revolución del mundo cripto
Hasta comienzos del siglo XXI, casi la totalidad de las transacciones se realizaban con billetes físicos emitidos por bancos, lo que actualmente se conoce como la “economía tradicional”. Las personas ganan billetes, y lo gastan de forma presencial a través de divisas propias de su región. Sin embargo, las crisis sucesivas ocurridas en la segunda mitad de la primera década, comenzaron a crear una visión más crítica de este método.
Muchas personas habían pedido sus ahorros o inversiones de la mano de entidades gubernamentales, y esto provocó que se perdiera credibilidad. Una parte de la población, al borde de la ruina, retiró lo poco que quedaba de sus cuentas bancarias y esto supuso un primer paso para el desarrollo de la economía virtual.
Fue así que la tecnología brindó la solución: las criptomonedas, a través de Blockchain. La razón de su surgimiento se encuentra precisamente en la posibilidad de realizar transacciones, inversiones y mantener ahorros a partir de divisas que no fueran reguladas por entidades gubernamentales. Esto le confirió una enorme popularidad que fue creciendo exponencialmente en los años posteriores.
Aunque todavía no circulaba el concepto de metaverso, poco a poco, comenzaron a migrar conceptos a un mundo virtual. A pesar de que actualmente podemos concebirlo, debemos situarnos en la idea de que previamente, la moneda era un elemento físico y tangible. Esta transición fue un primer paso: el inicio de una carrera hacia la construcción de un mundo virtual, donde las actividades humanas se fueron introduciendo a espacios que no serían posibles presencialmente.
Hasta el momento, los artistas digitales ya contaban con muchos años de experiencia en diferentes plataformas de edición a través de softwares. Estas tecnologías ya tenían mucho tiempo en el mercado, motivo por el cual ya circulaba mucho material en las redes: ilustraciones, vectores, gif animados, música, videos, entre muchos otros. Sin embargo, este tipo de actividades presentaba problemas graves como el plagio y el uso ilegal de contenidos.
El modo de monetizar este material se limitaba a eCommerce, a través de divisas tradicionales, que contaban con su catálogo, de la misma forma que lo realizaría una tienda común y corriente.
Sin embargo, la creación de los NFT supuso un salto en esta industria. Miles de artistas comenzaron a explorar esta oportunidad, muchos de los cuales han tenido mucho éxito con la venta de artículos únicos y exclusivos. El mundo cripto se expandió nuevamente a nuevas posibilidades: ahora no sólo se podían realizar transacciones, sino que también existían activos únicos, algo muy similar a títulos de propiedad, que certificaron una posesión digital.
Actualmente, los NFT se aplican a todo tipo de bienes digitales: música, arte, libros, objetos de videojuegos, avatares, parcelas virtuales, publicaciones de redes sociales y entradas a eventos exclusivos. Como podemos ver, el metaverso ya se encuentra cada vez más cerca a los conceptos que estamos analizando.
El metaverso, los activos y sus oportunidades
El metaverso es un concepto que parece novedoso pero se viene trabajando desde hace mucho tiempo. Se podría decir que comenzó desde el año 2014, momento en el cual se lanzó a la venta el Oculus, perteneciente a una empresa de realidad virtual. Si analizamos a detalle, el término metaverso está fusionando las palabras “meta” y “universo”, haciendo referencia a un universo virtual. En otras palabras, se trata de un nuevo ambiente que combina tecnologías de inmersión virtual que promete cambios en la relación a distancia entre las personas.
Su inclusión en la vida cotidiana puede ser tan grande, que incluso algunos expertos creen que el metaverso podría ser un lugar adicional a nuestras casas o el trabajo. En este nuevo entorno, las personas podrán hacer actividades comunes como socializar, intercambiar ideas, divertirse, y hasta incluso participar de reuniones con personas a muchos kilómetros de distancia.
Es lógico suponer que con esta increíble relación que tendrá el metaverso con la vida cotidiana, la economía estará presente como un pilar fundamental. Sin embargo, la pregunta es: ¿tendrá mucha relación con el mundo cripto o será similar a las economías tradicionales?
A pesar de que todavía nos encontramos con una virtualidad donde una gran parte de las transacciones se realizan en dólares, o euros (y muchas otras), los expertos saben que las empresas están migrando cada vez más a las criptomonedas y NFT. También están teniendo un interés más creciente en incorporarse al metaverso y cuánta innovación surja a través de los años.
Esto nos puede brindar una pauta de que los activos continuarán sufriendo modificaciones que podrían llevarnos a un futuro mucho más virtual y descentralizado, características que definen a las criptomonedas. No obstante, eso no quiere decir que las monedas tradicionales desaparecerían, sino que podrían compartir su importancia con este tipo de activos.
Aunque todavía no están implementadas formalmente dentro del metaverso de Mark Zuckerberg, las criptomonedas podrían adaptarse perfectamente. La economía digital se encuentra en una etapa muy prometedora donde miles de personas adquieren o ceden activos y esta tecnología comprobó ser un medio transparente para realizar todo tipo de transacciones. Tal como se mencionó anteriormente, los NFTs también resultaron ser muy útiles para la adquisición y propiedad de bienes que requieren de una certificación que pueda conservar un valor a través del tiempo. Estas bases que existen hoy en día probablemente sean una realidad en este nuevo entorno.
Con la creación de estos entornos virtuales, también se generarán miles de oportunidades relacionadas a la propiedad, y aquí los NFT podrían ser muy importantes. Las propiedades virtuales ya son un concepto que existe en muchos videojuegos y en estos entornos tendrán mucha importancia para la generación de negocios y publicidad. Probablemente, las transacciones estarán basadas en actividades relacionadas a estos espacios digitales y su disponibilidad, además de una infinidad de objetos que pueden constituir inventarios.
Actualmente existen elementos que pueden ser adquiridos para configurar avatares. Muchos de ellos incluso funcionan mediante la compra y venta de NFT, incluyendo elementos como armas, habilidades del personaje, vestimenta, y demás elementos de personalización. Por esta razón, no sería descabellado suponer que el metaverso podría guardar muchas similitudes con lo que actualmente disponemos en estos entornos digitales.
Muchos inversores están considerando esto como una gran oportunidad, puesto que podrían ser muy valiosos a futuro. Los espacios o “parcelas” podrían ser sitios propicios para realizar tareas con réditos económicos, tal como alquileres para distintos eventos o para obtener ganancias pasivas.
El alcance económico del metaverso
Hace algunos años pudimos relacionar la realidad virtual con el entretenimiento o el trabajo, principalmente. Sin embargo, la línea que divide la virtualidad con el mundo tangible es cada vez más difusa. Actualmente, se usa para entretenimiento en primer lugar, pero también podrá abarcar eventos a gran escala, reuniones de distinta índole, educación y pasatiempos. Si continuamos proyectando una lista de la cantidad de posibilidades, seguramente sería un artículo muy extenso.
Resultaría imposible pensar que las empresas no estarían interesadas en incorporarse a esta tendencia, y con ellas el desarrollo de tecnologías nuevas para cada sector específico. Esto se traduce en millones de dólares en inversiones, con el objetivo de incorporarse a estos entornos. El caudal económico promete ser muy importante, teniendo en cuenta que una gran parte de la población participará del mismo.
El director ejecutivo de Walt Disney, Bob Chapek, anunció que se están preparando para dar un salto tecnológico hacia un mundo de realidad virtual para sus parques temáticos. Probablemente, muchas personas estarán interesadas en adquirir entradas para disfrutar de sus atracciones, sin necesidad de trasladarse físicamente hacia Orlando. Ya podemos imaginar las ganancias que podrían tener en caso de hacerse realidad este proyecto.
Por otro lado, los productores de contenidos como Discovery Channel, Fox Sports, Universal y Netflix, también comenzaron a investigar para ofrecer sus servicios a través de experiencias inmersivas en 3D. Esto implica que un caudal propio del mundo cinematográfico y televisivo también migrará al Metaverso a lo largo de los años.
Las empresas que venden productos y servicios también se encuentran muy interesadas en invertir en entornos más inmersivos. Los especialistas creen que los mismos podrían ser “más emotivos” al momento de observar, probar o examinar objetos que les interesa comprar, tanto físicos como virtuales.
Las universidades e instituciones de estudios superiores son otro ámbito interesado en la implementación del metaverso. En la pandemia, los estudiantes debieron adaptar métodos educativos a distancia, en donde aprendieron a intercambiar contenidos y resolver exámenes sin salir de sus hogares. La imposibilidad de encontrarse de forma presencial para las prácticas se convirtió en una oportunidad para este tipo de tecnologías, muchas de las cuales incluyeron realidad virtual o aumentada, para impartir contenidos.
Estos ejemplos pueden darnos una idea de la cantidad de servicios y productos que podrán circular a través del metaverso. La economía dentro de estos entornos será más bien obligatoria, para asegurar el intercambio fluido y transparente de las distintas actividades del metaverso.
Benjamin Dean, director de activos digitales en Wisdomtree, una firma especializada en análisis e inversiones, aseguró que “los metaversos no son nuevos, lo que sí es nueva es la cantidad de inversión que se está destinando y la creciente aceptación de los activos digitales entre una población cada vez más nativa digital”.
La metaeconomía
Si tenemos en cuenta el enorme cambio social que implica la existencia del metaverso, entonces podemos prever un fascinante y controvertido sistema económico “meta”, cuyas reglas aún no se encuentran muy claras. También cabe la posibilidad de que la metaeconomía pueda ser compleja y poseer muchos sistemas que funcionen de forma paralela. La metaeconomía podría suponer una nueva etapa en la evolución de la economía que podría ocasionar grandes cambios en distintas industrias: industrial, marketing, diseño gráfico, educativo, entre otros.
La evolución que mencionamos anteriormente podría resultar asombrosa si la comparamos con épocas anteriores. Aunque actualmente podríamos afirmar que los avances digitales se encuentran en su apogeo, aún estamos en etapas muy inmaduras de su desarrollo. Si analizamos a profundidad, podríamos afirmar que estamos en una primera fase de transición que actualmente está descompensada en diferentes sectores sociales y económicos. Esto puede evidenciarse por la dicotomía (cada vez menor) entre la economía virtual y la física que tratamos en apartados anteriores.
Teniendo en cuenta los contextos mundiales complejos y en crisis constantes, puede ser que la gran mayoría de los usuarios exijan reglas más laxas y menos restrictivas en estos entornos. Simplemente, el metaverso tiene que estar libre de todo tipo de reglas o normas obsoletas que sólo limitan la innovación y la creatividad, con todos los riesgos que esto pueda suponer.
Los entes gubernamentales públicos, teniendo en cuenta estos escenarios, se van a encontrar con grandes retos. La implementación de un metaverso con sus propios sistemas y reglas, supondrá cambios en el modo en que sus ciudadanos generarán activos y trabajarán. Esto llevará a nuevas visiones distintas a los modelos socioeconómicos clásicos, que aún desconocemos.
Incluso actualmente, los gobiernos tuvieron actitudes positivas y negativas respecto a la circulación de criptomonedas. Algunos países intentaron incorporarse, mientras que otros limitaron su circulación para evitar que los ciudadanos desvíen sus recursos de sus propias divisas. No obstante, la realidad es que resulta imposible detener esta innovación y que la revolución suceda a pesar de todas las medidas que intenten reglamentarla.
Este panorama puede guardar muchas similitudes con lo sucedido cuando los exploradores llegaron por primera vez a continentes desconocidos. El asentamiento de los metaversos probablemente tenga una fase de conquista, donde las reglas tradicionales deberán adaptarse a estas nuevas situaciones, con diversos conflictos y vacíos legales. Con el tiempo, la economía se volverá mucho más productiva y floreciente, motivo por el cual la especulación se volverá predominante.
Los especialistas financieros aseguran que en esta etapa, existirá una transición progresiva de recursos desde el mundo físico hacia los virtuales. Quienes decidan realizar sus actividades y ganar activos a través del metaverso, también serán consumidores de productos o servicios que se provean en el mismo. Esta circulación se producirá en un 100% dentro del metaverso, sin convertir este recurso en un bien físico y probablemente, sin posicionarse con ninguna moneda tradicional.
Para ilustrar con un ejemplo, podemos mencionar el caso de una persona que invierte el equivalente en 10.000 dólares en una parcela digital, que por definición, sólo limita su existencia en el metaverso. Lo que genera de ingresos por publicidad o alquiler para eventos específicos, lo utilizará para consumo: probablemente accesorios para personalizar a su avatar o incluso otras parcelas para acrecentar sus ingresos pasivos. En otras palabras, los recursos financieros del mundo físico ingresaron y se quedaron en el metaverso para ser retenidos por este sistema.
En definitiva, aún resta observar cómo comenzarán a comportarse las economías en el metaverso, un sitio inmaduro pero muy próspero para el surgimiento de nuevos sistemas económicos. Los inversores están especulando con estas tecnologías como nuevas “tierras fértiles” para obtener mejores ganancias y oportunidades que no serían posibles en un entorno físico.
Conclusiones
En conclusión, podemos afirmar que luego de un análisis de lo que ocurre, el metaverso supondrá grandes cambios en la forma de relacionarnos. La economía es un elemento más de nuestra interacción, motivo por el cual necesariamente debe estar presente. No obstante, resulta impensado creer que la misma se mantendrá tal como la conocemos hoy en día. La economía digital llegó para quedarse y podría imponer nuevas reglas de juego a nivel mundial. A pesar de que todavía está en sus fases iniciales, puede preverse un entorno financiero más inclinado hacia la proliferación de las criptomonedas y los NFT como activos muy importantes.
Los mismos podrían mantener un nivel de importancia similar a lo que actualmente percibimos con las divisas tradicionales, las cuales probablemente seguirán existiendo. Pensar en un metaverso único, compartido por personas de todas las culturas y nacionalidades, sólo nos puede hablar de una economía más centralizada y muy compleja. Sus desafíos podrán ser muchos, pero al mismo tiempo habrá muchas oportunidades que vale la pena conocer en los próximos años. La humanidad ya vivió numerosas revoluciones a través de los años, y supo superar todos los inconvenientes, motivo por el cual éste no será una excepción. Nuevamente, cruzamos una nueva frontera en la exploración del universo, ahora creando uno que nos pertenece y hemos creado.
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